jueves, 20 de agosto de 2009

Un kayak en un 600


La historia empieza cuandos dos abuelitos suizos deciden comprar un autovaciable Wilderness "Ripper", lo cargan en un flamante 600 con 30 años en sus costillas pero restaurado hasta el último detalle, y se lo llevan a Port d'Addaia donde tienen una "caseta" en la orilla del mar, por seguridad lo dejan amarrado con una cadena sobre el muelle,... pero no es suficiente, algún amigo de lo ajeno se lo lleva. El disgusto es mayúsculo, con lágrimas en los ojos se presentan en nuestra tienda y nos explican lo sucedido. No salimos de nuestro asombro al ver que estas cosas puedan suceder ya que era la ilusión de la esposa y que con el mismo daba paseos por aquel tranquilo entorno. Nos da mucha pena que ocurran cosas así, aparte de la imagen que se puedan llevar de nuestro país no deja de ser frustante para el afectado ya que puede cambiar el concepto de isla tranquila y acogedora que siempre hemos intentado transmitir.